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El desprecio de la gramática

Recientemente, por medio de la ventana abierta al mundo del conocimiento y la información, es decir, mi PC, he encontrado una pequeña lección magistral de gramática de la lengua española o, si queremos ser mas puristas, podemos denominarla castellana, porque, españolas, son todas las lenguas que se hablan en España.
Esta lección de gramática, viene a cuento de las barbaridades que se están cometiendo con un patrimonio cultural de siglos de historia, que se ha extendido por todo el mundo y que cuatro, cuarenta o cuatrocientos ignorantes no sienten ningún rubor en pisotearlo. Si estuviésemos en las antiguas escuelas, el Sr. Maestro no dudaría en obligarles a escribir mil veces en la pizarra algo así como; “NO ME DA IGUAL ESCRIBIR/HABLAR  BIEN QUE MAL”.
 
Lo que transcribo a continuación, literalmente, no es una flor de mi jardín, solo añadiré a la lista de “culpables”, que el autor reduce a periodistas y políticos,  a los medios de comunicación que se contagian,  por no llevar la contraria a quienes inventan “palabros” (no tienen categoría de palabras), unos por hacer gracia y otros por ser políticamente incorrecto. Mal vamos si nos contagiamos del lenguaje del SMS.
 
El texto al que me refiero, comienza así;
 
“”PRESIDENTE O PRESIDENTA
 
En español, existen los participios activos como derivados de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar, es atacante; el de salir, saliente; el de cantar, cantante; el de existir, existente.
 
¿Cuál el participio activo del verbo ser?. El participio activo del verbo ser, es el “ente” y ¿qué es el ente?, quiere decir que tiene entidad.
 
Por este motivo, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega al final “-nte”, por lo tanto a la persona que preside se le llama Presidente, independientemente del sexo que esa persona tenga.
 
Se dice capilla ardiente, no ardienta; se dice estudiante, no estudianta; se dice paciente, no pacienta; se dice dirigente y no dirigenta.
 
Nuestros políticos y muchos periodistas, no solo hacen mal uso del lenguaje por motivos ideológicos, sino por ignorancia de la lengua española. Pasemos el mensaje a todos nuestros conocidos, con la esperanza de que el mismo llegue finalmente a todos esos ignorantes. Quien envió esto, frustro a un grupo de hombres que se habían juntado en defensa del género.
 
 Ya habían firmado; el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el turisto, el taxisto, el periodisto, el violinisto, el telefonisto, el gasisto, el trompetisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policio del esquino y sobtre todo ¡el machisto¡.””